¿Qué hacer cuando no soportas a alguien de tu equipo?
Los compañeros de trabajo no siempre se eligen, tanto si eres líder y has podido contratar a los miembros de tu equipo como si no, siempre hay personas con las que nos cuesta conectar haciendo que en muchos momentos sea insoportable trabajar a su lado. Esto dificulta enormemente la consecución de objetivos, la colaboración y el bienestar, sin embargo, son pocas las organizaciones que forman a sus empleados para afrontar este tipo de situaciones. Hoy voy a darte algunas ideas que te servirán.
Nuestro cerebro tarda 0,7 segundos en colocar una etiqueta cuando vemos a alguien por primera vez: “prepotente”, “débil”, “bueno”, “incompetente”, “confiable”… Esta etiqueta, que no tiene por qué ser real, marcará los futuros encuentros con esta persona y como puedes imaginar, en caso de ser negativa, hará más compleja la relación.
Imagina que has colocado la etiqueta de “prepotente”: Simplemente una palabra será suficiente para que tu organismo comience a segregar cortisol cada vez que trabajes con esa persona. El cortisol está directamente relacionado con el estrés y tu cuerpo puede tardar 24 horas o más en eliminarlo.
Si piensas que la persona que tienes en frente de ti es prepotente tu cuerpo no actúa como si piensas que es una buena persona. Frente a un “prepotente” tu cuerpo detecta una amenaza que en caso de ser elevada desatará el sistema límbico de tu cerebro llevándote a la lucha, a la huida o a la parálisis. ¿Reconoces algunos de estos comportamientos cuando trabajas con alguien que no soportas?
No te centres en cambiar a la otra persona sino en cambiar tu.
Además, al colocar esa etiqueta empezarás a enfocar tu atención en buscar razones que apoyen lo que tu piensas: que es “prepotente”. Tu atención se enfocará en darte la razón, si esa persona ayuda a un compañero y habla de una forma desagradable a otro, tu mente a penas se dará cuenta del momento en el que ha ayudado sino que se centrará en cuando ha sido desagradable porque eso te da la razón: es un “prepotente”.
¿Realmente lo es? No es lo que ahora nos importa, sea como sea puedes seguir etiquetando y generando cortisol de modo que cada vez te sea más desagradable estar con esa persona o puedes cambiar de estrategia y utilizar el entrenamiento de la atención o Mindfulness y la Inteligencia Emocional para solventar el problema. No te centres en cambiar a la otra persona sino en cambiar tu. Aquí tienes algunas ideas que te ayudarán.
Practica Mindulness de modo habitual
Entre sus múltiples beneficios te ayudará a entrenar la atención que es como una linterna en una habitación oscura. Cuando tienes más habilidad para trabajar con tu atención te das cuenta de las etiquetas que pones y de ese sesgo que te hace estar atento a lo que te da la razón, es decir, a lo negativo que hace esa persona. También serás más consciente de que tu cuerpo está reaccionando de un determinado modo en tus relaciones con esa persona y serás más capaz de elegir otro tipo de comportamiento que te proporcione mayor bienestar. Si quieres saber como comenzar puedes leer más aquí.
Cambio de etiqueta
Busca 3 aspectos positivos de esa persona, observa durante el día lo que hace, como se comporta para que puedas encontrar 3 cosas positivas, quizás ahora te parezca imposible pero verás que es cuestión de que enfoques tu atención en esa búsqueda. Una vez tengas los 3 aspectos positivos elige el que más valor tenga para ti.
Potencia tu habilidad para empatizar
Busca una similitud con esa persona, algo que compartáis como seres humanos, puede ser: “es madre como yo”, “acaba de trasladarse a la ciudad como yo”, “ha pasado por una dificultad personal como yo”, “Intenta ser feliz como yo”…
Disponte a ofrecer amabilidad
En las interacciones que tengas con esta persona a lo largo del día vas a hacer un esfuerzo por ser amable. Verás que una vez hayas buscado algo que os une será más fácil para ti predisponerte a ser amable. Aun así, es uno de los pasos más complicados al principio, pues la otra persona seguirá sin ser amable contigo. Verás que la práctica de Mindfulness también te facilita este paso.
1,2,3 Acción
Cada día antes de llegar al trabajo o antes de comenzar la reunión que te obliga a trabajar con esa persona, recuerda:
1. Coloca la etiqueta positiva en primer lugar y si la etiqueta negativa también está presente simplemente obsérvala como un pensamiento que ha creado tu mente y no como una realidad: Es un pensamiento que tal como viene si no te enganchas a él, se va.
2. Recuerda esa similitud que os une como seres humanos.
3. Conecta con tu intención de ofrecer amabilidad.
Estos tres sencillos pasos realizados habitualmente te ayudarán a trabajar con esa persona. No busques un cambio en el otro, céntrate en lo que tú puedes hacer, aun así, puede que con el tiempo incluso veas cambios en la actitud de la otra persona hacia ti.
Estas son algunas de las técnicas que potencian nuestra Inteligencia Emocional y nos ayudan a fomentar la colaboración, la efectividad y el bienestar en equipos de trabajo y organizaciones. No te quedes en la lectura ¡Pruébalas!
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